PROLOGO: Dos familias semejantes en categor�a en la bella Verona, lugar de la acci�n. Inician
nuevas peleas por viejos odios, que manchan manos de ciudadanos con sangre de ciudadanos.
De las fatales entra�as de esos dos rivales toma vida una pareja de amantes con mal sino.
Cuyos desgraciados y lamentables males acaban enterrando con su muerte la discordia paterna.
El terrible desarrollo de su amor mortal y la inconmensurable ira paterna, que solamente pudo
acabar con el fin de sus hijos ocupar� nuestra atenci�n durante dos horas.
PR�NCIPE: Dos familias, semejantes en categor�a en la bella Verona, lugar de la acci�n. Inician
nuevas peleas por viejos odios, que manchan manos de ciudadanos con sangre de ciudadanos.
De las fatales entra�as de esos dos rivales, nace una pareja de amantes con mal sino.
CAPULETO BOY 1: Hasta un perro de la casa de los Capuleto me provoca.
CAPULETO BOY 2: Excremento de munero.
CAPULETO BOY 1: Orinal del rey. P�drete.
BENVOLIO: La ri�a es entre nuestros amos.
1: Y nosotros sus hombres. Deja que vea, se acerca pelea. Y no soy mal pedazo de carne. No
soy mal pedazo de carne.
2: Vienen de la casa de Capuleto.
1: Pelea. Yo te cubro.
ABRA: Uh Uh Uh Ja Ja.
2: Yo me burlar� de ellos y ser� una deshonra si se dejan insultar.
1: Adelante yo te cubro.
ABRA: �Os est�is burlando de nosotros?
2: Yo estoy haciendo burla.
ABRA: �Os burl�is de nosotros? Se�or.
2: �Nos ampara la ley si digo que s�?
1: No.
2: No, Se�or no me burlo de vos, pero me burlo se�or.
1: �Quer�is pelea?
ABRA: �Pelea? Se�or. No se�or
2: Si la quer�is aqu� me ten�is, tengo un arma tan bueno como el vuestro.
ABRA: No mejor.
1: Ah� viene nuestro pariente, di que mejor.
2: Si, Se�or, Mejor
ABRA: Mentira, desenfundar si sois hombre.
BENVOLIO: Separaos locos, no sab�is lo que hac�is. Guardad las armas.
TEOBALDO: Como desenfundas delante de estos rastreros esclavos. Vu�lvete Benvolio y
contempla tu muerte.
BENVOLIO: Yo solo pongo paz. Guarda el arma o separemos con ella a estos hombres.
TEOBALDO: Paz, paz odio esa palabra. Como odio el infierno, a los Montesco y a ti.
2: �����BASTAAAAAAA!!!!! Venga, vamos, vamos.
BENVOLIO: Espera.
2: Vamos.
MONTESCO: Dadme mi arma de largo alcance.
SRA. DE MONTESCO: No dar�s un paso en busca del enemigo.
PR�NCIPE: Rebeldes s�bditos, enemigos de la paz. Tirad al suelo esas armas mal templadas.
Bajo pena de tortura, tirad de vuestras manos sangrientas al suelo esas armas mal templadas.
Tres luchas civiles, provocadas con una simple palabra por ti viejo Capuleto y por ti Montesco,
han agitado tres veces la quietud de nuestras calles. Si volv�is a agitar de nuevo nuestras calles,
vuestras vidas pagar�n la ruptura de la paz.
SRA. DE MONTESCO: � D�nde est� Romeo, le hab�is visto hoy ?. Me alegro de que no
estuviera en esa pelea.
BENVOLIO: Se�ora, he visto paseando muy temprano a vuestro hijo en el bosque de
sicomoros.
MONTESCO: Le han visto all� muchas ma�anas, aumentando con sus l�grimas el fresco roc�o
de la ma�ana.
SE�ORA MONTESCO: Mi melanc�lico hijo vuelve a casa huyendo de la luz, y se encierra
luego solo en su habitaci�n cerrando las ventanas, dejando fuera el d�a y se hace una noche
artificial.
ROMEO: Oh entonces, oh amor pendenciero, oh odio amoroso, oh todo creado de la nada.
Pesada ligereza, seria vanidad, caos deforme de bellas formas.
MONTESCO: Negro y extra�o debe resultar ese humor. Si la causa no la quita el buen consejo.
BENVOLIO: Por favor apartaos. Sabr� su pena si no se obstina mucho.
MONTESCO: Vamos Se�ora, vay�monos.
BENVOLIO: Feliz ma�ana, primo.
ROMEO: �Tan joven est� el d�a?
BENVOLIO: Acaban de dar las nueve.
ROMEO: �Ay de m�! Las horas tristes parecen largas. � Era mi padre quien se iba tan deprisa ?
BENVOLIO: �l era. � Que alarga las horas de Romeo ?
ROMEO: El no tener lo que al tenerlo las acorta.
BENVOLIO: �Enamorado?
ROMEO: S�.
BENVOLIO: �Sin amor?
ROMEO: Sin su amor estando enamorado.
BENVOLIO: �Por qu� el amor tan amable a la vista ha de ser tan tir�nico puesto a prueba?
ROMEO: �Por qu� el amor con su vista vendada puede ver sin ojos el camino a su antojo?
� D�nde comeremos?
TV: Jam�s la ira se guard� bien a si misma, la ley no estuvo muerta sino adormecida...
ROMEO: Ah! �Qu� pelea ha habido?
BENVOLIO: Pues...
ROMEO: Pero, no me lo digas lo he o�do todo. Hay mucho que hacer con el odio y m�s con
el amor. Oh! amor pendenciero, odio amoroso, todo creado de la nada. Oh! pesada ligereza,
seria vanidad, deforme caos de bellas formas. �Pluma de plomo? �No te r�es?
BENVOLIO: No primo, m�s bien lloro.
ROMEO: �De qu� buen coraz�n?
BENVOLIO: Del dolor de tu buen coraz�n.
ROMEO: Adi�s primo m�o.
BENVOLIO: Espera te acompa�o, si me dejas as� ser�s injusto.
CAPULETO: Pero Montesco est� tan obligado como yo bajo castigo. Y creo que no es dif�cil
siendo tan viejos, el mantener la paz.
PARIS: Los dos goz�is de buena reputaci�n y es una l�stima que llev�is tanto tiempo re�idos,
pero ahora se�or �Qu� dec�s a mi pretensi�n?
CAPULETO: Repito solo lo que he dicho antes. Mi hija es solo una reci�n llegada al mundo.
Dejemos pasar dos veranos m�s, antes de verla madura para casarse.
PARIS: Otras m�s j�venes ya son felices madres.
CAPULETO: Y pronto se echan a perder las que lo son tan pronto. Esta noche doy mi
acostumbrada fiesta, en mi pobre casa ver�s esta noche, estrellas terrenas que iluminan el
oscuro cielo. �yelo todo y m�ralo todo y luego prefiere a la que tenga m�s m�ritos. Ven, ven
conmigo.
BENVOLIO: Dime en serio, a quien amas.
ROMEO: En serio primo, amo a una mujer.
BENVOLIO: Ah� apuntaba al suponerte enamorado.
ROMEO: Muy buen tirador y es bella la que amo.
BENVOLIO: Un blanco hermoso es m�s f�cil de acertar.
ROMEO: En ese tiro fallas, no la tocar� la flecha de cupido, ni acepta el combate con ojos
atacantes, ni abre su regazo al oro que rinde a santos.
BENVOLIO: Entonces �ha jurado vivir siempre en castidad?
ROMEO: As� es, y con ese ahorro hace gran desperdicio.
BENVOLIO: Gu�ate por m�, olv�date de ella.
ROMEO: Ens��ame a olvidarme de pensar.
BENVOLIO: Dejando en libertad tus ojos. Contempla otras bellezas. Que Romeo �Est�s loco?
ROMEO: Loco no, pero si m�s atado que un loco. Encerrado en prisi�n, privado de alimento,
azotado y atormentado. Buenas tardes buen hombre.
HOMBRE: Sin resguardo no hay armas.
TV: Se lo explicar� sin pre�mbulos. El rico y famoso Capuleto celebra su acostumbrada fiesta.
Una bonita reuni�n el Se�or Placencio, y su esposa e hijas, la se�ora viuda de Vitrubio y sus
encantadoras sobrinas Rosalina...
BENVOLIO: En esa antigua fiesta de Capuleto cena la bella Rosalina, con todas las bellezas
m�s admiradas de Verona.
TV: Si no sois de la casa de los Montesco venid a chocar un vaso de vino.
BENVOLIO: Ve all� y compara con ojo imparcial su rostro con alguno que te mostrar� y que
te har� pensar que tu cisne es un cuervo.
ROMEO: Ir� contigo, no para admirar esa visi�n, sino para gozar el esplendor de la m�a.
SRA. CAPULETO: Julieeeeeeta! Julieta! Julieeeetaaaaaaa! Julieeeetaaaaa!
AH!Ama, ama �d�nde est� mi hija?, dile que venga. Ah!
AMA: Ya la mand� venir cielo santo. Julieeeetaaaaaaa! Julieeeetaaaaaaa!
JULIETA: Aqu� estoy se�ora �Qu� dese�is?
SRA. CAPULETO: Ama d�janos un rato tenemos que hablar a solas. �Ah! Ama vuelve otra
vez, lo he pensado mejor. Oye nuestra conversaci�n. Ama, tu sabes que mi hija ya es mayor.
AMA: Ha sido la ni�a m�s bonita que he amamantado.
SRA. CAPULETO: Seg�n mis cuentas yo ya era tu madre cuando ten�a tus a�os. Y tu eres
doncella. Para ser breves. El apuesto Paris te pretende.
AMA: Vaya hombre muchacha. Se�ora, un hombre que todo el mundo considera perfecto.
SRA. CAPULETO: En el est�o de Verona no hay una flor as�.
AMA: Si es una flor, una verdadera flor.
SRA. CAPULETO: NO! Esta noche le ver�s en nuestra fiesta. Lee como un libro el rostro
del joven Paris y ver�s escrito el gozo con la pluma de la belleza. Ese precioso libro de amor,
ese amante sin encuadernar para hacerlo perfecto solo le faltan las tapas. Todas sus virtudes
ser�n tuyas uni�ndote a �l. Sin que tu tengas que perder nada hija m�a.
AMA: No perder, ganar, las mujeres engordan por los hombres.
SRA. CAPULETO: Resumiendo, �Crees que puedes amar a Paris?
JULIETA: Tratar� de gustarle, si el tratar lleva a gustar. Pero mis ojos no le mirar�n m�s all�
de lo que vuestro consentimiento les permitan.
CRIADO: Se�ora, los invitados han venido.
SRA. CAPULETO: Id! Yo os sigo. Julieta. Ah!
AMA: Anda muchacha, busca noches felices para d�as felices.
1: La mona vestida de seda , muere vestida.
MERCUCHO: Vamos Romeo hemos de hacerte bailar.
ROMEO: Yo no, yo no, creedme. Vosotros llev�is zapatos ligeros de baile. Yo tengo el alma
en los pies.
MERCUCHO: Eres un enamorado. P�dele las alas a cupido y vuela por encima de todo.
ROMEO: Me hundo bajo la pesada carga del amor.
MERCUCHO: Demasiada opresi�n para tan tierna cosa.
ROMEO: � Dices que es tierno el amor ?. Es demasiado duro, �spero y violento y pincha
como el espino.
MERCUCHO: Si el amor es duro contigo, se duro con �l. Si te pincha, p�nchalo y f�ndelo.
1: Que cada cual se encomiende a sus piernas.
ROMEO: No tiene sentido ir.
MERCUCHO: Se puede saber por qu�.
ROMEO: Esta noche he tenido un sue�o.
MERCUCHO: Yo tambi�n.
ROMEO: Y cual era el tuyo.
MERCUCHO: Que los so�adores ven visiones.
ROMEO: Visiones verdaderas mientras est�n durmiendo.
MERCUCHO: Oh! Veo entonces que la reina Mab ha estado contigo. Es la partera de las
hadas y su tama�o no es mayor que una piedra de �gata en el anillo de un concejal. La arrastra
un tronco de peque�os �tomos entrando por la nariz de los durmientes, su coche es una
c�scara de nuez. Su cochero, un peque�o mosquito vestido de gris y con tal lujo galopan,
noche tras noche por cerebros enamorados que entonces sue�an con el amor. Por dedos de
abogados que sue�an con sus honorarios. A veces pasa por el cuello de un soldado y este
sue�a que corta cuellos extranjeros y as� asustado jura una oraci�n o dos, y se vuelve a dormir.
Ella es la bruja que cuando las mozas yacen boca arriba las oprime y las ense�a a concebir,
haci�ndolas mujeres de buen peso. Esa es ella. �ESA ES ELLA!
ROMEO: Calla mercucho, calla. Hablas de nada.
MERCUCHO: Es cierto, hablo de sue�os que son los hijos de un cerebro ocioso, fruto solo
de la mala fantas�a, que es de sustancia tan delgada como el aire y m�s inconstante que el
viento que ahora mismo acaricia el seno helado del norte, y lleno de ira se marcha resoplando
hasta el sur, que gotea de roc�o.
BENVOLIO: El viento del que hablas sopla de nosotros mismos, la cena ha terminado y
llegaremos tarde.
ROMEO: Demasiado pronto me temo. Puesto que mi animo teme alguna consecuencia oculta
en las estrellas, que comenzar� durante su temible tiempo con los festejos de esta noche y
pondr� fin a una vida despreciada que guardo en mi pecho, por cruel ultraje de una muerte
prematura. Pero, que quien dirige mi rumbo gu�e mi nave.
Vamos alegres se�ores. Las drogas son r�pidas.
MONTESCO: Ah! Hubo un tiempo en el que yo tambi�n usaba antifaz y susurraba palabras
al o�do de una dama.

AMA: Se�ora, vuestra madre os llama.
PARIS: �Os neg�is a bailar conmigo?
SRA. CAPULETO: Vaya hombre muchacha, vaya hombre.
TEOBALDO: � Qu� ? � Se atreve ese villano a venir a burlarse de nuestra fiesta solemne ?
De acuerdo. Por mi cuna y por el honor de mi estirpe, no es un crimen matarle de un golpe.
CAPULETO: �Qu� pasa sobrino, por qu� te enfureces tanto?
TEOBALDO: T�o es ese canalla de Romeo, un enemigo Montesco.
CAPULETO: �Con que es Romeo?
TEOBALDO: Si que lo es.
CAPULETO: C�lmate sobrino, d�jale en paz. Ni por toda la riqueza del mundo le querr�a
hacer un desaire aqu�, en mi casa. As� que ten paciencia y no te fijes en �l.
TEOBALDO: No lo aguantar�.
CAPULETO: Si que lo aguantar�s. Claro que s�, me oyes muchacho?. Lo aguantar�s. Claro
que s�.
TEOBALDO: T�o, t�o es un verg�enza.
CAPULETO: �Un alboroto ante mis invitados ?
ROMEO: �Sab�a yo lo que es amor?
Ojos jurad que no.
Porque nunca hab�a visto una belleza as�.
ROMEO: Si profano con mi indigna mano este sagrado santuario, pecado de amor ser�.
Mis labios, peregrinos ruborizados quisieran, hacer penitencia con un dulce beso.
JULIETA: Buen peregrino, no ri�as tanto a tu mano, que demuestra un gran fervor a esto,
pues hasta las manos de los santos tocan a las de los peregrinos. Y el tocar palma con palma
es el beso del palmero.
ROMEO: �No tienen labios los santos, y los piadosos palmeros?
JULIETA: Si peregrino, labios para usar en la oraci�n.
ROMEO: Entonces querida santa, deja que los labios hagan como las manos, no conviertas
fe en desesperaci�n.
JULIETA: Los santos no se mueven, cuando acceden a las s�plicas.
ROMEO: Entonces quieta, mientras recojo el efecto de mi oraci�n.
As� quedan mis labios limpios de pecado por los tuyos.
JULIETA: Entonces �mis labios tienen ahora el pecado?
ROMEO: �Pecado de mis labios? Me reprochas con dulzura, devu�lveme mi pecado.
JULIETA: Besas como un maestro.
SE�ORA CAPULETO: Julieta. Julieta.
AMA: Se�ora, tu madre desea decirte una palabra. Ven, vamos.
ROMEO: Es una Capuleto.
AMA: Se llama Romeo y es un Montesco, el hijo �nico de vuestro gran enemigo.
MERCUCHO: Anda ven, vamos. La fiesta est� en lo mejor.
ROMEO: Eso me temo y a�n me preocupa m�s.
JULIETA: Mi �nico amor naci� de mi �nico odio. Pronto le he visto y tarde le conozco.
Extra�o nacimiento de el amor que me hace amar a mi enemigo peor.
TEOBALDO: Me retirar� , pero esta intrusi�n que ahora parece ser tan agradable se volver�
amarga hiel.
CHICOS MONTESCO: Romeo!!! Romeo!!! Romeo!!!
MERCUCHO: Loco, pasiones, enamorado. Te conjuro por los ojos claros Rosalina, por
su alta frente , por sus labios escarlata y por sus pies, rectas piernas y tr�mulos muslos.
Pero, hay Romeo si ella fuera un higo abierto y tu una pera.
ROMEO: Se r�e de las heridas quien nunca ha sido herido.
MERCUCHO: Romeo. Buenas noches. Me voy a mi camastro. Esta cama de campa�a est�
fr�a para dormir.

ROMEO: Pero calla , � qu� luz se abre paso por esa ventana ? Es el oriente y Julieta es el sol.
Sal bello sol y mata a la envidiosa luna, que ya est� enferma y p�lida de dolor, porque t� su
doncella, eres m�s hermosa que ella, no seas su doncella si es tan envidiosa. Su ropa de
vestal es de un verde p�lido y solo la llevan los locos. Arr�jala. Ahj!
Oh! Es mi dama, es mi amor, si ella supiera lo que es.
JULIETA: Hay de mi.
ROMEO: Habla, habla otra vez �ngel radiante.
JULIETA: Romeo, oh Romeo �por qu� eres Romeo? Niega a tu padre y rechaza tu nombre,
o si no quieres, j�rame tu amor y nunca m�s ser� una Capuleto.
ROMEO: Sigo escuchando o le hablo ahora.
JULIETA: Solo tu nombre es enemigo m�o, t� eres t� mismo aunque no fueras Montesco, y
�Qu� es Montesco?
No es mano, ni pie, ni brazo, ni cara, ni ninguna otra parte que forme parte de un hombre.
Oh! Ll�mate de otro modo �Qu� hay en un nombre? Lo que llamamos rosa, con cualquier
otro nombre tendr�a el mismo perfume. Igual que Romeo si no se llamase Romeo,
conservar�a esa misma perfecci�n que tiene sin ese t�tulo. Oh! Romeo qu�tate el nombre y
a cambio del nombre que no es parte de ti, t�mame entera.
ROMEO: Te tomo la palabra.
JULIETA: AHHHHH!
JULIETA: �No eres Romeo y adem�s Montesco?
ROMEO: Ni una cosa ni la otra si te disgustan preciosa m�a.
JULIETA: Dime �c�mo has venido hasta aqu�, y para qu�?, la tapia del jard�n es alta y
dif�cil de trepar, y este lugar es mortal siendo quien eres.
ROMEO: He saltado la tapia con las alas del amor. Porque no existe ninguna barrera de
piedra para el amor; y como el amor hace lo que puede, tus parientes NO PODR�N
DETENERME!!!!.
JULIETA: Si te ven aqu� te matar�n.
ROMEO: El manto de la noche me esconder� de ellos, con tal de que me quieras, que me
encuentren aqu�. M�s vale que acabe mi vida por su odio que prorrogar la muerte sin tener
tu amor.
JULIETA: La m�scara de la noche oculta mi rostro, sino, el rubor cubrir�a mis mejillas por
lo que me has o�do decir esta noche, quisiera guardar las formas, quisiera negar todo lo que
he dicho, pero adi�s a los cumplidos... �Tu me quieres? S� que vas a decir si y yo te creer�,
y si lo juras quiz� lo hagas en falso. Oh dulce Romeo si me quieres dilo sinceramente.
ROMEO: Se�ora, lo juro por esa bendita luna que ti�e de plata las copas de esos frutales.
JULIETA: No jures por la luna, la luna inconstante que cambia cada mes en su esfera circular,
no sea que tu amor resulte tan variable.
ROMEO: �Y por que quieres que jure?
JULIETA: No jures por nada, o si quieres jurar, jura por tu misma persona que es Dios de mi
idolatr�a y te creer�.
ROMEO: Si el amor... de mi coraz�n...
JULIETA: No jures, aunque eres mi alegr�a, no me alegra el acuerdo de esta noche, es muy
r�pido, insensato, repentino como el rel�mpago quese acaba antes de poder nombrarlo.
Buenas noches, este brote de amor, con el aliento del verano, puede dar una bonita flor
cuando volvamos a vernos. Buenas noches. Buenas noches.
ROMEO: �Vas a dejarme tan insatisfecho?
JULIETA: �Qu� satisfacci�n quieres esta noche?
ROMEO: Quisiera el juramento mutuo de amor fiel.
JULIETA: Te he dado el m�o sin que lo pidieras.
AMA: Julieta.
JULIETA: Tres palabras Romeo y ya buenas noches. Si tus intenciones son honradas y
piensas en boda env�ame recado ma�ana por alguien que mandar� en tu busca de donde y
cuando ser� la ceremonia. Y pondr� todo mi destino a tus pies. Y te seguir� como mi se�or
por el mundo.
AMA: Julieta.
JULIETA: �Que si, que si ama ya voy! Pero si no tienes buenas intenciones te pido...
AMA: Julieta.
JULIETA: �Que si que si ya voy! ...Que abandones tu empe�o y me dejes con mi pena.
Ma�ana te mandar� a alguien.
ROMEO: Para salvar mi alma.
JULIETA: Mil veces buenas noches.
ROMEO: Mil veces malas por faltar tu luz.
AMA: Julieta. Julieta.
JULIETA: Buenas noches.
ROMEO: El amor corre al amor como el colegial huye del libro. Y como el que va a clase
se aparta de �l con cara triste.
JULIETA: Romeo �a qu� hora te env�o ma�ana el mensajero?
ROMEO: Hacia las nueve.
JULIETA: All� estar�. A�n faltan veinte a�os. Buenas noches. Buenas noches. Buenas noches.
La separaci�n es tan dulce pena, que dir� buenas noches hasta que amanezca.
AMA: JULIETAAAAAAAAAA!
FRAY LORENZO: Grandioso es el poder curativo que reside en las plantas, hierbas y piedras.
Y todas sus virtudes. Pues no hay nada tan vil que viva en la tierra, sin dar a la tierra alg�n
beneficio especial. Ni hay nada tan bueno que desviado de su buen uso, no se revele contra su
origen haciendo da�o. La virtud se vuelve vicio al ser mal aplicada. Y el vicio se dignifica
algunas veces en la acci�n. En la tierna corteza de esta d�bil flor, residen veneno y potente
medicina. Pues al olerla da alivio con cada parte con cada parte y al probara mata los sentidos
al coraz�n. Dos reyes as� enfrentados acampan en el hombre al igual que en las hiervas. La
virtud y la baja pasi�n. Y cuando predomina lo peor. Pronto el gusano mortal, devorar� esa
planta.
ROMEO: Bueno d�as padre.
FRAY LORENZO: Venedicite, que lengua tan madrugadora me saluda.
NI�OS: Bueno d�as Romeo.
ROMEO: Bueno d�as.
FRAY LORENZO: Hijo despedirse de la cama a estas horas indica una mente preocupada,
o si no es eso imagino que quiz� nuestro Romeo no se ha acostado esta noche.
ROMEO: Eso es verdad, pero estoy descansado.
FRAY LORENZO: Dios perdone el pecado. �Has estado con Rosalina?
ROMEO: �Con Rosalina? No reverendo padre, he olvidado ese nombre y sus penalidades.
FRAY LORENZO: Bien hijo m�o, pero �d�nde has estado?
ROMEO: He estado de fiesta con mi enemigo, donde de pronto alguien me ha herido y yo
le he herido. La curaci�n de los dos est� en tu ayuda y tu sagrada medicina.
FRAY LORENZO: Habla claro hijo m�o y procura ser m�s conciso. La confesi�n de enigmas
solo absuelve enigmas.
ROMEO: Pues entonces escucha. Todo mi amor es, para la hija del gran Capuleto.
Ya te dir� como nos vimos. La cortej� y nos juramos amor. Todo eso ya te lo contar�
por el camino. Pero te ruego que nos cases hoy mismo.
FRAY LORENZO: San francisco bendito, �qu� cambio es este. ? �Tan pronto has
conseguido olvidar a Rosalina, a la que tanto quer�as?. Entonces es que el amor de los
j�venes no est� en su coraz�n, sino en sus ojos.
ROMEO: Me re��as mucho por querer a Rosalina
FRAY LORENZO: No por quererla, sino por adorarla.
ROMEO: Por favor. No me ri�as, la que quiero ahora me paga inter�s con inter�s y amor
con amor. La otra no lo hizo.
FRAY LORENZO: Porque sab�a que tu amor dec�a de memoria, lo que no pod�a leer.
Esta alianza puede resultar buena, para convertir el odio de vuestras familias en amor. Ven
muchacho pele�n, anda ven conmigo. Te ayudar� por un solo motivo. Para que esta alianza
resulte tan feliz, que convierta el rencor de vuestras familias en puro amor.
ROMEO: V�monos ya , que tengo mucha prisa.
FRAY LORENZO: Con prudencia y Despacio, quien mucho corre tropieza.
MERCUCHO:: D�nde demonios estar� Romeo. �No ha vuelto a casa esta noche?
BENVOLIO: A la de su padre no. He hablado con su criado.
MERCUCHO: Esa muchacha p�lida de coraz�n duro. Esa Rosalina, le atormenta tanto
que le volver� loco.
BENVOLIO: Tebaldo ha enviado una carta a casa de su padre.
MERCUCHO: Un reto , desde luego.
BENVOLIO: Romeo contestar�.
MERCUCHO: Cualquiera que sepa escribir puede contestar.
BENVOLIO: No responder� a quien la escribe. El desafiado desafiar�.
MERCUCHO: Pues entonces, el pobre Romeo ya est� muerto. Traspasado por los ojos
negros de una blanca y atravesado por una canci�n de amor, el centro de su coraz�n
atravesado por la flecha del ni�o ciego, ��l solo va a enfrentarse a Tebaldo?
BENVOLIO: �Y qui�n es Tebaldo?
MERCUCHO: Es el pr�ncipe de los gatos. Es el valiente capit�n de la cortes�a y lucha
como quien canta una canci�n. Lleva el comp�s la distancia y la proporci�n. Hace las
pausas m�nimas. Uno dos y la tercera en tu pecho. Directo al bot�n de la camisa. Un
duelista, un duelista, un caballero de la primer�sima escuela, de la primera y segunda
causa la inmortal pasada. Los grados del perfil y..
BENVOLIO: Ah� esta Romeo. Romeo Bienvenido..
MERCUCHO: Si�or Romeo, Bon Jour, un saludo franc�s para tus bragas a la francesa.
Anoche nos la pegaste bien, �eh?
ROMEO: Buenos d�as a los dos, �qu� es lo que os hice anoche?
MERCUCHO: Darnos el esquinazo �es que no lo entiendes?
ROMEO: Perdona Mercucho ten�a un asunto importante y en un caso como el m�o puedes
ahorrarte los cumplidos.
MERCUCHO: Eso es tanto como decir que un caso como el tuyo obliga a doblarse por las
nalgas. eh?
ROMEO: �Para hacer una reverencia?
MERCUCHO: Oh! has acerado de lleno.
ROMEO: Un modo amable de decirlo.
MERCUCHO: Es que soy la flor misma de la cortes�a.
ROMEO: Como una rosa.
MERCUCHO: Eso es.
ROMEO: Como las rosas de mis escarpines.
MERCUCHO: uh! que ingenioso �eh? Ahora estas sociable, ahora eres Romeo, ahora eres
lo que eres por tu arte y tu naturaleza.
ROMEO: Ah! Aqu� hay buena gente.
MERCUCHO: Buenas tardes os de Dios hermosa dama.
AMA: Quiero deciros algo de confidencia.
MERCUCHO: Oh! una alacahueta. El conejo cuando es viejo echa peste desde lejos.
MERCUCHO: Romeo,Romeo,Romeo �vienes a casa de tu padre? Vamos a almorzar all�.
ROMEO: En seguida os seguir�.
MERCUCHO: Adi�s anciana se�ora, adi�s.
AMA: Si la vais a llevar al para�so de los tontos , como dicen, ser� una mala cosa como
dicen. Pues la muchacha es joven y por lo tanto, si os atrev�is a enga�arla de veras ser�a
una mala cosa y mal comportamiento.
ROMEO: Dile que vaya a confesarse esta tarde y que all�, en la celda de fray Lorenzo, se
confesar� y se casar�.
JULIETA: Amita m�a �qu� noticias traes? Ama.
AMA: Estoy muy cansada, d�jame descansar un poco, �caray! como me duelen los huesos.
Que carrera me he dado.
JULIETA: Te cambio mis huesos por tus noticias. Vamos habla por favor.
AMA: Jes�s que prisas, �no puedes esperar un poco?, �no ves que aun estoy sin aliento?
JULIETA: �c�mo que estas sin aliento, si tienes aliento para decirme que estas sin aliento?
Las noticias son buenas o malas, cont�stame a eso.
AMA: Muchacha, eres muy tonta eligiendo. Tu no sabes elegir hombre. �Romeo? No, ese
no. Aunque sea m�s guapo que los otros, y tenga mejores piernas que los dem�s y sus
manos, sus pies y su cuerpo...
JULIETA: Pero, si todo eso ya lo sab�a. �Qu� dice de nuestra boda? �Qu� hay de eso?
AMA: Se�or que dolor de cabeza, como tengo la cabeza. Y la espalda..., por el otro lado.
Oh la espalda.
JULIETA: Oh siento mucho que no est�s bien ama, ama, amita m�a, dime lo que dice mi amor.
AMA: Tu amor dice, como caballero honrado, educado y amable y guapo y te lo aseguro
virtuoso... �d�nde esta tu madre?
JULIETA: �D�nde esta tu madre? Vaya, que respuesta tan rara. Tu amor dice como
caballero honrado, �d�nde esta tu madre?
AMA: Ah! madre de Dios �est�s muy acalorada? Desde ahora, hazte tu misma los recados.
JULIETA: Menudo embrollo, vamos, �qu� dice Romeo?
AMA: �Tienes permiso para ir a confesarte hoy?
JULIETA: Claro.
AMA: Entonces corre a la celda de fray Lorenzo, all� hay un hombre para hacerte mujer.

FRAY LORENZO: El goce violento tiene un fin violento y en su triunfo mueren como el
fuego y la p�lvora que al besarse se consumen, la miel m�s dulce empalaga con su propia
dulzura. Por lo tanto ama con moderaci�n, Romeo te dar� las gracias por los dos.

BENVOLIO: Por favor Mercucho, v�monos ya, hoy hace calor, los Capuleto est�n por ah� y
si nos encontramos seguro que habr� bronca. En estos d�as de calor, la mala sangre hierve.
MERCUCHO: Nosotros los gatos... �Ves? Eres como uno de esos, que cada vez que
entran en una taberna, golpean con el arma sobre la mesa y dicen "que Dios no me mande
en tu busca" y con los efectos de la segunda copa, la empu�an contra quien les sirve,
cuando no hay ninguna necesidad.
BENVOLIO: �Soy yo uno de esos?
MERCUCHO: Eres el mas impulsivo de toda Verona.
BENVOLIO: Por mi cabeza ah� vienen los Capuleto.
MERCUCHO: Por mis talones me da igual.
TEBALDO: Seguidme de cerca. Se�ores �unas palabras con uno de ustedes?
MERCUCHO: Oh! �solo una palabra con uno de nosotros? Poned algo m�s, una palabra
y un golpe.
TEBALDO: Me encontrar�is bastante dispuesto se�or, si me d�is ocasi�n.
MERCUCHO: No pod�is encontrar la ocasi�n, sin que os la den?
TEBALDO: Mercucho �eres del grupo de Romeo?
MERCUCHO: �Del grupo? �Nos tomas por m�sicos? Pues si nos tomas por m�sicos,
solo nos oir�s desafinar, aqu� est� mi arco de viol�n. Esto te har� bailar. M�sica.
BENVOLIO: Nos vamos a un lugar privado. O resolvemos nuestras diferencias fr�amente
o nos separamos, aqu� nos ven muchos ojos.
MERCUCHO: Los ojos est�n hechos para ver, dejad que vean. Yo no me ir� aqu� por el
gusto de otro.
TEBALDO: Pues quedad en paz se�or, aqu� viene mi hombre.
ROMEO: �Mercucho!
TEBALDO: Romeo, el aprecio que te tengo no me permite decirte esto. Eres un rastrero.
ROMEO: Tebaldo las razones que tengo para apreciarte, me hacen disculpar toda la rabia
que hay en tu insulto. No soy ning�n rastrero. As� que adi�s , veo que no me conoces.
TEBALDO: Muchacho, eso no te excusa de los insultos que me has lanzado. Vu�lvete y
desenfunda. Vu�lvete y desenfunda. Vu�lvete y desenfunda.
ROMEO: Protesto yo nunca te he insultado, sino que te quiero m�s de lo que te imaginas.
Hasta que no sepas la causa de mi aprecio, as� que Capuleto nombre que quiero tanto como
el m�o. Qu�date satisfecho. Qu�date satisfecho.
MERCUCHO: Que sumisi�n tan cobarde.
TEBALDO: Te odio con toda mi alma.
MERCUCHO: Tebaldo mata ratas �quieres dar un paseo?
TEBALDO: �qu� quieres de mi?
MERCUCHO: Solo una de tus nueve vidas, rey de los gatos.
TEBALDO: Estoy contigo.
MERCUCHO: Ahora...
ROMEO: Basta, d�jalo Mercucho.
BENVOLIO: �Estas herido?
MERCUCHO: Si, si un ara�azo, un ara�azo, un ara�azo, si un ara�azo, un ara�azo.
ROMEO: Valor hombre, no puede ser grave.
MERCUCHO: Lo suficiente, preguntad por mi ma�ana y me encontrar�is de humor sepulcral.
Malditas vuestras dos familias, me han hecho fiambre para gusanos. MALDITAS VUESTRAS
DOS FAMILIAS. Por que diablos te has metido en medio, me ha herido por debajo de tu brazo.
ROMEO: Lo he hecho por vuestro bien.
MERCUCHO: Malditas sean vuestras familias.
ROMEO: No no noooo! Mercucho.
JULIETA: Ven agradable noche, ven noche amorosa de rostro negro y tr�eme a Romeo.
Y cuando yo muera, t�male y rec�rtale en estrellitas y as� har� que sea tan bonito el rostro
del cielo, que el mundo entero se enamorara de la noche y ya no adorar� al deslumbrante sol.
Oh! si, he comprado la casa del amor, pero aun no lo he pose�do y aunque estoy vendida
aun no estoy gozada. Oh! que d�a tan largo es hoy, como la noche antes de una fiesta, para
un ni�o impaciente que tiene un traje nuevo y aun no puede pon�rselo.
ROMEO: El alma de Mercucho no est� lejos, sobre nuestras cabezas, espera la tuya para
que le haga compa��a.
TEBALDO: Tu desgraciado te vas a marchar de aqu� con �l.
ROMEO: O tu, o yo, o los dos hemos de ir con �l. O tu, o yo, o los dos hemos de ir con
�l. O tu, o yo, o los dos hemos de ir con �l. AHHHH! Soy el juguete de la fortuna.
BALTASAR: Romeo Fuera, m�rchate, no te quedes aqu�. Vete, Romeo.
SRA. DE CAPULETO: Tebaldo.
PR�NCIPE: �D�nde est�n los iniciadores de esta pelea? �Qui�n ha empezado esta ri�a?
BENVOLIO: Romeo ha gritado con fuerza, alto amigos. Tebaldo ha acabado con
Mercucho. Y luego Tebaldo ha muerto a manos de Romeo.
SRA. DE CAPULETO: PR�NCIPE. Si eres justo, por nuestra sangre, derrama la de los
Montesco.
BENVOLIO: Romeo que la ha hablado con buenas palabras, no ha podido calmar la
furia incre�ble de Tebaldo, sordo a las suplicas.
SRA. DE CAPULETO: Es pariente de los Montesco, el afecto le hace ser falso.
Pido justicia. Y tu debes cumplir, Romeo ha matado a Tebaldo, Romeo debe morir.
PR�NCIPE: Romeo ha matado al que ha matado a Mercucho. �Qui�n pagar� su muerte
que nos hiere tanto?
MONTESCO: Romeo no, Pr�ncipe, el era amigo de Mercucho, matando a Tebaldo solo
ha hecho lo que deb�a hacer la ley.
PR�NCIPE: Y por este delito le desterramos inmediatamente.
MONTESCO: Noble pr�ncipe.
PR�NCIPE: Har� iodos sordos a vuestras peticiones, ni l�grimas, ni ruegos pagar�n tantos
abusos, as� que ahorraroslos. Que Romeo se vaya de aqu�, porque si le encuentran, ser�
su ultima hora. Romeo est� desterrado.
ROMEO: Destierro, api�date y di muerte, porque el destierro tiene en su rostro m�s terror
que la muerte, no digas destierro.
FRAY LORENZO: Tu pena est� enamorada de tus cualidades y te has casadocon la
desgracia, as� que te han desterrado de Verona. Ten paciencia, el mundo es ancho y grande.
ROMEO: No hay mundo fuera de los muros de Verona. As� que desterrado es desterrado
del mundo. Y el exilio del mundo es la muerte. As� que destierro es muerte. Llamando
destierro a la muerte, me cortas la cabeza con hacha de oro y sonr�es al golpe que me asesina.
FRAY LORENZO: �Qu� pecado mortal, qu� inmensa ingratitud!, es cari�osa misericordia,
pero t� no lo ves. Vamos.
AMA: Vengo de parte de mi se�ora Julieta.
FRAY LORENZO: Bienvenida entonces.
AMA: �d�nde est� el se�or de mi se�ora?
FRAY LORENZO: Romeo ac�rcate.
ROMEO: Ama.
AMA: Oh se�or, ay se�or, la muerte es el fin de todo.
ROMEO: �Hablas de Julieta? �D�nde est� y como est�? �Qu� dice mi furtiva esposa de
nuestro furtivo amor?
AMA: No dice nada se�or. Llora y llora y llama a Romeo y luego vuelve a caer.
ROMEO: Como si ese nombre disparado por la punter�a de un ca��n la matara, como la
maldita mano de ese hombre asesin� a su pariente.
FRAY LORENZO: Cre�a que eras un hombre m�s calmado. Tu Julieta est� viva, en eso
tienes suerte. Tebaldo iba a matarte y has matado a Tebaldo, en eso tienes suerte. La
justicia, que amenazaba darte muerte, se hace tu amiga y lo convierte en exilio, en eso
tienes suerte. Un haz de bendiciones se posa en tu espalda, porque te burlas de la cuna del
cielo y de la tierra. Si de una vez podr�as perder las tres cosas que se re�nen en ti.
AMA: Se�or, aqu� hay un anillo que ella me ha dado para vos.
ROMEO: Te amo, como me consuela el animo con esto.
FRAY LORENZO: Vete, ve a ver a tu amor como estaba acordado, sube a su cuarto, ve
y consu�lala. Date prisa. Pero no te quedes all� hasta que salga la guardia, porque entonces
no podr�s salir hacia Mantua, donde vivir�s hasta que encontremos el momento de revelar
vuestro matrimonio, reconciliar a vuestros amigos, pedir perd�n al Pr�ncipe y volverte a
llamar, con dos millones de veces mas de alegr�a que el llanto con que ahora te vas. Date
prisa y vete antes de que amanezca. Qu�date en Mantua.
ROMEO: Adi�s.
JULIETA: Dios m�o, la mano de Romeo ha vertido la sangre de Tebaldo. Coraz�n de
serpiente con cara florida. Ha habido alg�n libro tan bien encuadernado con un contenido
tan vil, que el enga�o resida en un palacio tan regio.
SRA. DE CAPULETO: Esta noche no bajar�.
PARIS: Los momentos de dolor no son para hablar de amor.
CAPULETO: Ya veis quer�a mucho a su pariente Tebaldo.
SRA. DE CAPULETO: Y yo tambi�n.
CAPULETO: Bueno, nacemos para morir. Esta noche est� llena de tristeza.
JULIETA: �He de hablar mal de �l que es mi marido? Oh pobre se�or m�o, �qu� lengua
acariciar� tu nombre si yo que soy tu mujer hace tres horas, lo destrozo? Pero �por qu�
maldito mataste a mi primo?
CAPULETO: Yo me atrevo a garantizaros el amor de mi hija. Creo que se dejar� guiar
en todo por mi. si es m�s, no lo dudo un momento, pero �qu� dec�s del jueves?
PARIS: Se�or querr�a, querr�a que ma�ana fuera jueves.
CAPULETO: Sea entonces el jueves. Esposa ve a ver a Julieta antes de acostarte y dile
que el jueves se casar� con este noble se�or.

JULIETA: �Te vas a ir? Aun no se acerca el d�a.
ROMEO: Tengo que irme y vivir o quedarme y morir.
JULIETA: Esa luz no es la del d�a, lo se muy bien, es alg�n meteoro que irradia el sol,
para alumbrarte el camino a Mantua. As� que espera un poco, aun no tienes que irte.
ROMEO: Pues que me detengan, que me maten. Tengo m�s ganas de quedarme
que de irme. Ven muerte, se bienvenida, Julieta lo quiere as�. �Qu� es eso alma m�a?
Hablemos, aun no es de d�a.
JULIETA: Si que lo es, si que lo es, m�rchate de aqu�, vete, cada vez hay m�s y m�s luz.
ROMEO: M�s y m�s luz y m�s oscuras nuestras penas.
AMA: Se�ora, tu se�ora madre viene hacia tu cuarto.
JULIETA: Ventana deja entrar el d�a, y deja salir la vida.
SRA. DE CAPULETO: Julieta.
JULIETA: �Crees que volveremos a vernos?
ROMEO: No lo dudo. Cr�eme amor m�o, todas estas penas servir�n para dulces
conversaciones en el futuro.
SRA. DE CAPULETO: Julieta.
JULIETA: Dios m�o, tengo un alma que presiente males, me parece verte ahora que estas
abajo como un muerto en el fondo de la tumba.
ROMEO: Adi�s.
JULIETA: Oh fortuna fortuna, se deleitosa, fortuna pues as� espero que no le retendr�s
mucho y le enviar�s de vuelta.
SRA. DE CAPULETO: Tienes un padre cuidadoso hija, que para sacarte de tu melancol�a,
ha preparado un inmenso d�a de gozo, que tu no esperas y que yo tampoco imaginaba.
JULIETA: Se�ora, a prop�sito �qu� d�a es ese?
SRA. DE CAPULETO: Caramba hija m�a, el pr�ximo jueves por la ma�ana el valiente,
joven y noble conde Paris en la iglesia de San Pedro, har� felizmente de ti una esposa feliz.
JULIETA: Pues por la Iglesia de San Pedro y por San Pedro que no har� de mi una
esposa feliz.
SRA. DE CAPULETO: Aqu� viene tu padre, d�selo tu misma.
CAPULETO: �Qu� hay esposa? �Le has comunicado nuestra decisi�n?
SRA. DE CAPULETO: Si se�or, pero ella no quiere y os da las gracias. Ojal� esta tonta se
casara con su sepulcro.
CAPULETO: �Qu�, no quiere, no est� orgullosa, no lo considera una bendici�n, siendo
indigna como es de que la hayamos conseguido tan digno caballero para que sea su esposo?
JULIETA: Orgullosa no, pero os estoy muy agradecida. Orgullosa no puedo estar de lo
que detesto.
CAPULETO: Lo agradezco y no lo agradezco, orgullosa pero no orgullosa.
JULIETA: NO!
CAPULETO: Mas vale que est� bien preparada para el pr�ximo jueves.
JULIETA: Ten paciencia...
CAPULETO: No, no, no hables.
SRA. DE CAPULETO: Calla, calla.
CAPULETO:�No hables, no repliques, no me contestes!
SRA. DE CAPULETO: Esposo, �estas loco?
CAPULETO: Joven caprichosa y desobediente.
AMA: Que Dios la bendiga, no hac�is bien se�or, en insultarla as�.
CAPULETO: �A callar idiota!. Esc�chame bien, acude a la iglesia el jueves, y no vuelvas
a mirarme a la cara, si eres m�a, te dar� a mi amigo y si no, ah�rcate, mendiga, pasa hambre,
y mu�rete en la calle, cr�elo y pi�nsalo, cumplir� mi palabra.
JULIETA: Madre querida tu no me rechaces, retrasa esa boda, un mes, una semana,
o si no pon el lecho de matrimonio en ese sombr�o sepulcro donde yace Tebaldo.
SRA. DE CAPULETO: No me hables, porque no dir� una palabra, haz lo que quieras
ya he terminado contigo.
JULIETA: Dios m�o, ama, �c�mo voy a evitar esto? �Qu� dices t�? �no tienes una
palabra de alegr�a? Consu�lame ama.
AMA: Ven escucha, creo que lo mejor es que te cases con ese Paris. Es un caballero
encantador. Creo que ser�s feliz con tu segundo esposo. Porque aventaja al primero
y aunque no fuera as� el primero est� muerto, o sino, como si lo estuviera. Porque si
est� vivo, a ti no te sirve.
JULIETA: Ama �hablas con el coraz�n?
AMA: Y tambi�n con el alma y si no �malditos los dos!
JULIETA: Amen.
AMA: �Qu�?
JULIETA: Me has consolado maravillosamente bien. Entra a decir a mi madre que por
haber disgustado a mi padre, me he ido a la celda de fray Lorenzo, a que me confiese
y me absuelva.
PARIS: Llora desmesuradamente la muerte de Tebaldo. Reverendo, su padre considera
peligroso que de tanto margen a su tristeza y en su prudencia apresura nuestro matrimonio,
para acabar con tantas lagrimas. Felizmente hallada mi se�ora y esposa.
JULIETA: Eso podr� ser se�or cuando sea esposa.
PARIS: Eso podr� ser, debe ser el jueves que viene.
JULIETA: Lo que deba ser ser�.
FRAY LORENZO: Eso es m�s que cierto.
PARIS: �ven�s a confesaros?
JULIETA: �Ten�is tiempo ahora padre o vengo a veros en la misa de la tarde?
FRAY LORENZO: Ahora tengo tiempo, mi apenada hija. Se�or os ruego que nos dej�is
a solas.
PARIS: Dios no permita que yo estorbe la devoci�n. Julieta, el jueves te despertar�
temprano. Hasta entonces adi�s y guarda este santo beso.
JULIETA: No me dig�is padre que lo hab�is o�do, si no me dec�s como evitarlo.
FRAY LORENZO: Si supieras como me atormenta tu pena.
JULIETA: Sin vuestra prudencia no me dais ayuda, considerad adecuada mi decisi�n, y
yo con esto lo remediar� todo.
FRAY LORENZO: Alto hija m�a.
JULIETA: No tard�is tanto en hablar. �Yo quiero morir!
FRAY LORENZO: Yo veo cierta esperanza que requiere una ejecuci�n tan
desesperada, como desesperado es lo que queremos evitar. Si antes que casarte con ese
Paris tienes fuerza de voluntad para matarte, es probable que quieras emprender algo
parecido a la muerte, para eludir esa verg�enza.
Y si te atreves, yo te dar� el remedio. Ning�n calor ni aliento dar�n fe de que aun vives,
tus miembros, privados de movimiento, r�gidos, duros y fr�os parecer�n como muertos.
Luego cuando llegue el novio por la ma�ana para hacerte levantar de la cama, estar�s all�,
muerta. Te llevar�n a esa antigua b�veda donde yacen todos los de la familia Capuleto.
Y con ese aspecto prestado de muerte profunda, continuar�s durante veinticuatro horas,
despertando luego como de un sue�o agradable. Mientras tanto, antes de que te despiertes,
Romeo sabr� nuestros planes por mis cartas, y vendr� hacia aqu� esa misma noche para
llevarte con �l a Mantua. Coge este frasquito cuando est�s en la cama y b�bete todo el licor
que contiene. Enviar� esa carta urgentemente a Mantua.
JULIETA: �Y si esta mezcla no surte efecto, estar� casada ma�ana por la ma�ana?
SRA. DE CAPULETO: �Estas ocupada? �Necesitas mi ayuda?
JULIETA: No se�ora, ya hemos elegido todo lo necesario para la ceremonia de
ma�ana, as� que te ruego que me dejes sola y que esta noche el ama vele conmigo.
Pues seguro que tendr�s mucho que hacer con tantas prisas.
SRA. DE CAPULETO: Buenas noches. Acu�state y descansa, porque lo necesitas.
JULIETA: Adi�s, Dios sabe cuando nos veremos.
SRA. DE CAPULETO: Buenas noches.
JULIETA: Romeo, bebo esto a tu salud.
FRAY LORENZO: Seg�n es costumbre llevadla a la iglesia con sus mejores galas.
ROMEO: Durante todo el d�a, me animan extra�os pensamientos alegres. He so�ado
que llegaba mi amada y me encontraba muerto. Y con sus besos, infund�a tanta vida
en mis labios, que yo reviv�a y era emperador.
�Ay de mi!, que dulce debe ser el amor pose�do, cuando ya las sombras del amor
est�n llenas de gozo. Noticias de Verona. �Qu� hay Baltasar? �Me traes noticias del
fraile? �C�mo est� mi se�ora? �Est� bien mi padre? �C�mo est� mi se�ora Julieta?
Nada puede estar mal si ella esta bien.
BALTASAR: Est� bien y nada puede estar mal. Su cuerpo duerme en el pante�n de
los Capuleto y su alma vive con los �ngeles. He visto llevarla all�. Perd�n por traer
tan malas noticias.
ROMEO: �Es eso cierto? �Entonces os desaf�o estrellas!. Julietaaa.
�Julietaaaaaaaaaa! Ir� all� esta noche.
BALTASAR: Paciencia.
ROMEO: D�jame.
BALTASAR: Est�s p�lido y excitado, me temo alguna desgracia.
ROMEO: Pues te equivocas. �No tienes cartas del fraile para mi? No importa, bien
Julieta esta noche yacer� contigo, pronto estar� contigo.
FRAY LORENZO: Me invade el terror, mucho me temo alguna gran desgracia.
La carta era de gran importancia.
MUJER: No he podido mandarla, ni hacer que la entregaran.
ROMEO: Cons�gueme un frasco de veneno, que act�e r�pido y se extienda por todas
las venas, para que quien lo tome, harto de la vida caiga muerto.
HOMBRE: Tengo tales drogas mortales, pero la ley de Verona condena a muerte a
quien las despache.
ROMEO: El mundo no es tu amigo, ni tampoco su ley. As� que no seas pobre y
quebr�ntala y toma esto.
HOMBRE: Mi pobreza, ya que no mi voluntad, consiente.
ROMEO: Pago a tu pobreza, no a tu voluntad.
HOMBRE: B�belo, y aunque tuvieras la fuerza de veinte hombres, de despachar�a en
seguida.
ROMEO: Aqu� tienes el oro. Peor veneno para el alma humana, que esos pobres
compuestos que no deber�as vender.
FRAY LORENZO: Romeo no ha tenido noticia de nada. Volver� a escribir a Mantua.
Dentro de una hora despertar� la bella Julieta. Se mueve, la dama se mueve.
BALTASAR: Te lo suplico.
ROMEO: Vive y adem�s se feliz. Y adi�s buen amigo.
BALTASAR: Te dejo.

ROMEO: No tientes a un hombre desesperado.
PARIS: Alto, alto, alto, una vez mas alto.
ROMEO: Mi amor, mi esposa, la muerte que ha libado la miel de tu aliento, no ha tenido
poder sobre tu belleza. Y no est�s vencida. La ense�a de la belleza, es aun carmes� en tus
labios y mejillas y la p�lida bandera de la muerte no ha llegado hasta ah�. Querida Julieta,
�por qu� sigues siendo tan bella? �He de pensar que la et�rea muerte se ha enamorado de
ti y te guarda aqu� para que seas su amante? Aqu�, aqu� es donde voy a poner mi descanso
eterno, y sacudir� el yugo de las estrellas enemigas de esta carne harta de mundo. Ojos mirad
por ultima vez, brazos dad el ultimo abrazo, y labios, que sois puertas del aliento, sellad con
leg�timo beso. Un trato perpetuo con la �vida muerte.
JULIETA: Romeo , �qu� hay aqu�? Veneno, lo has bebido todo sin dejar una gota que me
ayude a seguirte. Besar� tus labios , quiz� quede en ellos un poco de veneno. Tus labios
est�n calientes.
ROMEO: Con un beso muero.
PR�NCIPE: Este es el castigo a vuestro odio, porque el cielo, sabe matar vuestras alegr�as
con amor. Y yo, ignorando vuestras discordias he perdido a dos parientes. Todos estamos
castigados. Todos estamos castigados.

EPILOGO: La ma�ana nos trae una paz sombr�a, el sol dolorido, no muestra su rostro,
salgamos y hablemos de estas tristezas. Unos ver�n perd�n, y otros castigo. Pues nunca
hubo una historia de m�s dolor, que esta de Julieta y su Romeo.
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